¿Cómo hacer una buena tortilla de patatas?

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Historia de la creación de la tortilla de patatas

Durante la conquista de Perú, los españoles observaron que los indígenas se alimentaban de este fruto, al que llamaban en lengua quechua “papa” y del que observaron que quedaba tierno si se asaba. Era muy parecido en forma, que no en sabor, a otro conocido como “batata”. Ambos serían importados, pero no tendrían mucha aceptación en España hasta la posterior época de hambruna.


Aun así, a mediados del siglo XVI, la papa estaba ya presente en Inglaterra, Irlanda, Italia, los Países Bajos y Alemania. A pesar de que los labradores no estaban muy entusiasmados con la idea de cultivarla, se demostró que era un alimento ideal: crecía en tierras frías, daba grandes cosechas en poco tiempo, y podía sustituir a los hidratos de carbono del trigo u otros cereales en la alimentación. Su popularidad fue incrementándose poco a poco, sobre todo en época de guerras, ya que al estar oculta dentro de la tierra no era arrasada por los ejércitos enemigos.


Hacia el 1720, un irlandés que residía en Madrid, Enrique Doyle, lograría convencer al rey Carlos III de los beneficios que aportaba la patata, y 5 años después ya sería alimento común en todo el reino.


En torno a 1790 la patata ya se llamaría así en casi toda España: con una palabra que es mezcla de “papa” y “batata”. Sólo en Canarias y parte de Andalucía seguirían llamándola papa para distinguirla de la batata que se cultivaba en Málaga.
¡Bien!, tenemos las patatas, y ya teníamos los huevos, solo hacía falta cierta imaginación para montar una tortilla, así que sigamos con la historia, para ver cómo dieron con ella.


Debemos saber que la primera y principal obsesión entre los primeros agricultores patateros no era promover el consumo directo del fruto sino, alimentar la industria panadera como hacían en Irlanda y en otros países. Según se cuenta, sería en Navarra donde, fruto de la inventiva de las señoras humildes, que debían buscar la mejor manera de alimentar a sus familias campesinas, surgiría la idea de freír una masa que se elaboraba con una mezcla de patata cocida, agua, sal, levadura y harina de trigo, hasta dar lugar a lo que hoy conocemos como nuestra tortilla de patata.


Es lógico pensar, que, por ser comida de campesinos, no fue un alimento digno de todas las mesas, y, de hecho, no sería hasta mediados del siglo XIX cuando pasaría a ser un denominador común de los almuerzos de todas las clases.
En 1867 llegaría a ser parte del menú del restaurante español en la Exposición Universal de París y hasta el rey Alfonso XII se la ofreció al príncipe de Gales durante una visita que éste hizo a nuestro país.


Hoy en día, la tortilla española, que se refiere a una tortilla de huevos compacta, hecha por los dos lados y sin doblar, a diferencia de la francesa, y a la que incluso podemos añadir cebolla, chorizo o tomate, en sus diferentes variantes, se incluye en todos los recetarios, y es innegable que es uno de nuestros platos tradicionales por excelencia.



Receta


Ingredientes

  • 8 huevos camperos o 10 huevos normales
  • 1 kg de patatas gallegas
  • Aceite de oliva virgen extra para la fritura de las patatas

Preparación

  1. Pelamos las patatas, las lavamos para quitar restos de suciedad y muy importante, las secamos.
  2. Cortamos en láminas semifinas, a mí no me gusta que se deshagan sino que al freírlas se tuesten un poco. Las colocamos en un bol grande, donde luego vamos a mezclar con el huevo y añadimos sal al gusto. Removemos bien y reservamos.
  3. Elegimos nuestra sartén más grande y antiadherente. La ponemos al fuego y añadimos un buen aceite de oliva virgen extra.
  4. No tengáis miedo en gastaros un poco de dinero en aceite, le va a dar ese punto de sabor que distingue vuestra tortilla de las demás, podéis emplear muchas variedades: arbequina, picual, cornicabra, hojiblanca, royal… el que más os guste, pero de calidad.
  5. Introducimos las patatas cortadas y ya saladas y dejamos que se cocinen durante aproximadamente veinte minutos a fuego bajo.
  6. Mientras se están friendo las patatas, en el bol donde luego vamos a echar las patatas batimos los huevos, reservamos.


¡Buen provecho!