El queso Manchego

1. ¿Qué tiene un queso para ser Manchego?
2. La Mancha, tradición quesera
3. Características del queso Manchego
4. Cómo degustar el queso Manchego
5. Maridajes

1. ¿Qué tiene un queso para ser Manchego?

Un queso se denomina Manchego por dos razones:

Por estar elaborado en la Comarca de La Mancha y por proceder de leche de ovejas de raza manchega.

2. La Mancha, tradición quesera

La comarca de la Mancha se encuentra en el centro de la península ibérica y es una región de la comunidad autónoma de Castilla La Mancha. Esta región ocupa buena parte de las provincias de Albacete, Ciudad Real, Cuenca y Toledo.

La oveja manchega proviene del centro de Europla mancha, tradición quesera. Hace muchos años, esta raza de oveja cruzó los pirineos y se asentó en la región de la Mancha, adaptándose a su climatología e instalándose para siempre. Incluso, a lo largo de los años, se ha conseguido domesticar a estas ovejas Manchegas, mejorando la raza y manteniéndola pura, ya que no se permite cruzarla con otras razas. Esto ha permitido que la oveja manchega mantenga sus cualidades y características originales.

Así, desde hace muchos años y generación tras generación, en la Mancha se ha hecho éste excepcional queso que no sólo es conocido en España, sino en todo el mundo.

3. Características del queso Manchego

La leche

El queso manchego puede estar elaborado con leche de oveja pasteurizada o con leche cruda. A éste último se le denomina Queso Manchego Artesano.

La maduración

Con la leche de oveja se elabora un queso de pasta prensada que madurará un mínimo de 30 días en los quesos de 1,5 kg o inferiores, y un mínimo de 60 días en los de formatos superiores. La maduración máxima será de 2 años.

Sabor

Se trata de un queso graso, de sabor intenso y fuerte, y con un punto ácido. En los quesos muy curados aparece un punto picante. El gusto que nos deja en la boca es agradable y muy característico de la oveja manchega.

Forma, color y textura

El queso manchego es de forma cilíndrica y con las caras planas. Tiene la corteza dura y limpia con las impresiones de los moldes. El color de la corteza puede ir del amarillo pálido al verdoso-negro. La pasta es compacta y firme, de color blanco marfil o amarillento.

La textura en boca es mantecosa en los semicurados y algo granulosa en los más curados.

4. Cómo degustar el queso Manchego

Para poder apreciar todas las cualidades del Queso Manchego, necesitamos tener en cuenta un par de cosas para antes de degustarlo.

Muchas veces se dice que el queso se tiene que comer a temperatura ambiente, pero como la temperatura no es la misma en invierno que en verano, lo mejor es marcar una temperatura. Entre 16º y 18º seria la temperatura idónea para degustar éste queso. Si lo conservamos dentro de la nevera tendremos que sacarlo unos 30 minutos antes.

Los trozos no tienen que ser muy grandes. Si nos ponemos un pequeño trozo en la boca y lo mantenemos un rato, podremos apreciar todos los sabores que desprende este fantástico queso.

Lo podemos cortar a tacos para picar en un aperitivo, en triángulos no muy gruesos, tanto para picar como para hacer un bocadillo o sobre una rebanada de pan tostado.

El queso también es un excelente postre. En Francia es muy típico encontrarse la tabla de quesos en las cartas de postres de los restaurantes. En España, poco a poco, también lo podemos encontrar. ¿Quién no ha acabado una cena en casa con unas lonchas de queso?

Saber más sobre la conservación y consumo de nuestros quesos aquí

5. Maridajes

Queso y vino

Lo primero que nos viene a la cabeza es la asociación del queso con el vino. Sin embargo tenemos que tener en cuenta que si lo que queremos es hacer una cata de vino, no será una buena opción acompañarla con queso. Comer éste alimento antes de catar un vino nos disminuirá la capacidad de percibir todos sus sabores, ya que la grasa del queso bloquea las moléculas del sabor del vino.

Por el contrario, si lo que queremos es degustar un buen queso o una tabla de quesos, nada mejor que hacerlo bebiendo vino. Es uno de los mayores placeres que nos puede dar la gastronomía.

Los quesos manchegos curados maridan muy bien con vinos con cuerpo y crianza. Vinos de Rioja, Ribera del Duero o Priorat, pueden ser un buen ejemplo.

Los quesos semi-curados o tiernos también se pueden degustar con vinos blancos, rosados o vino tinto joven.

Una buena opción de maridaje también sería con Fino o Manzanilla.

Queso y cerveza

A diferencia de lo explicado con el vino, la cerveza potencia el sabor del queso. Sus levaduras, toques afrutados y florales, combinan muy bien con cualquier tipo de queso.

Queso y frutos secos

Muchas veces hemos visto tablas de quesos combinadas con frutos secos. Comerlos entre queso y queso, nos ayudará a limpiar la boca y así no mezclar sabores. Buenos ejemplos de ellos son las nueces y las avellanas. Los pistachos y las almendras también maridan muy bien.

Por otro lado, los higos secos, pasas, dátiles y similares, nos ayudarán a realzar el sabor de los quesos curados.

Queso y pan

No nos podíamos olvidar del pan. Para degustar un buen queso manchego no existe nada mejor que una rebanada de pan tostado con aceite de oliva virgen. Un buen bocadillo de queso para desayunar o merendar también es una buena opción.