¿Cómo conservar el queso?

Como ya sabrás el queso es un alimento vivo, por lo que tiene una conservación limitada. Lo más adecuado es consumirlo en el momento una vez abierto, pero claro, muchas veces esto es imposible; por eso hemos elaborado esta guía dependiendo de los diferentes tipos de queso que quieras conservar. 

Debes tener en cuenta que se verá afectado por los cambios de temperatura. El frio hará que se reseque y el calor dará lugar a que sude y se pierda parte de su grasa natural modificándose la textura y el sabor. 

Para que se conserven en perfectas condiciones los quesos blandos deben estar entre los 3ºC y los 7ºC. Eso significa que el mejor lugar será, casi siempre, el frigorífico:

• Los quesos frescos son los primeros que empiezan a crear moho. Una vez abiertos y sacados de su envoltorio, tendremos que guardarlos en una fiambrera o cualquier envase con tapa. Hay que tener especial cuidado, ya que se pueden fermentar por la falta de oxígeno y el olor que provoca no es nada agradable.

• Los quesos como el Camembert se conservarán mucho mejor en su envase original. Una vez abierto, deberás cubrir la parte cortada con film de plástico transparente.

• Los quesos como el Roquefort o el Cabrales, que vienen sin envase, deberán reposar sobre una bandeja cubierta por completo con film transparente. Si no quieres impregnar toda la nevera con su olor, puedes introducir esa bandeja en un envase con tapa. 

*El tiempo máximo de conservación en frio de estos quesos es de 15 a 20 días.

Se recomienda conservar los quesos duros entre 7ºC y 12ºC. Lo mejor es conservarlo en el frigorífico y asegúrate que sea en la parte menos fría (el cajón de las verduras, por ejemplo). Aun así, podemos guardarlo sin frío durante unos días sin problemas ya que es un producto curado (secado).

• En esta apartado estarían los Manchegos, tanto si son tiernos, como curados o semicurados. Una vez empezados, debes cubrir con film transparente o papel encerado la parte cortada, dejando al resto del queso respirar. 

• Otra forma de conservar los quesos curados y semicurados es sumergirlos en aceite de oliva virgen. Además también puedes añadir hierbas aromáticas como tomillo, laurel o romero, que le darán un matiz diferente al sabor.

*Los quesos duros se pueden conservar durante meses. 

Ya sabes todo lo necesario para una correcta conservación, solo nos queda recomendarte una última cosa: asegúrate de poner el queso a temperatura ambiente antes de consumirlo (mínimo 1 hora antes).  ¡A disfrutar!