¿Por qué se cuelgan los jamones?

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Pero esta forma de hacer, no es ni mucho menos novedosa. Para conocer el origen de esta costumbre, debemos profundizar en nuestra historia. Viajemos al pasado, a los tiempos comprendidos entre los siglos X y XIV, cuando, ni siquiera, existían los límites geográficos entre España y Portugal. Por aquel entonces, en la Península ibérica convivían en sintonía, moros (musulmanes asentados en la parte sur de la península), cristianos y judíos. Pero tras la época de la Reconquista Cristiana, esta comunidad empezaría a implantar sus costumbres por todo el reino.


Los moros y los judíos, fueron expulsados o reconvertidos, los que se quedaron y decidieron esconder su religión, tal y como relata Claudia Roden en su libro “The food of Spain”, empezarían a cocinar cerdo en sus casas, a usar manteca de cerdo en lugar de aceite, y llegarían incluso, hasta a colgar un jamón en el portal de su casa. Lo que fuese necesario para demostrar su cristiandad, y evitar el riesgo de ser perseguidos por la temida Inquisición. También sabemos que, algunos establecimientos colgaban la pieza para dejar constancia de que allí se vendían productos procedentes del cerdo.


Y, de hecho, hoy en día, sigue siendo un distintivo de las tiendas de embutidos. Interesante, ¿no?


Ahora, ya conoces un poco más, la historia que hay detrás de una pata de jamón colgada.